EL CORE DE TODO: LA DESCENTRALIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO Y DEL MOVIMIENTO.

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Autor: Iñaki Landaluce López 
Performance Fitness Coach / Especialista en Rendimiento a través del Movimiento

En este 3º artículo de “El core de todo”, voy a intentar desarrollar, aterrizar y relacionar con el ámbito del movimiento, un término que es actualidad.

Para que la lectura de este artículo que comienzas a leer te resulte tremendamente útil, te invito a que antes leas (si aún no has tenido la oportunidad de hacerlo) los dos anteriores.

Para facilitarte su lectura, te dejo aquí los links: artículo 1º y artículo 2º.

Es el momento de introducir, o más bien de impactar con lo siguiente. Y es que el término introducir suena muy suave, en mi opinión, para describir el impacto que, por lo menos, a mí me creo comenzar a pensar en esto que ahora te cuento.

La DESCENTRALIZACIÓN del entrenamiento, y por lo tanto del movimiento…

Hasta hace bien poco, todos (incluidos los profesionales que nos hemos dedicado y nos dedicamos a ayudar a las personas en este ámbito del entrenamiento del movimiento) pensábamos que entrenar conllevaba aplicar un determinado método de entrenamiento con un nombre y un apellido.

Mejor entrenar bajo un SISTEMA de entrenamiento y no bajo un método.

Por fortuna, aunque esto que nombro ahora no está ni mucho menos extendido, y por lo tanto ni entendido ni comprendido, y por supuesto no aplicado, se sabe que entrenar con un SISTEMA y no un MÉTODO abre un gran abanico de posibilidades para volver al movimiento más eficiente (es decir, menos lesivo, cuando se aplique en situaciones previstas y sobre todo no previstas; y, además, que implique menor gasto energético). Porque te da la posibilidad de emplear todas las herramientas que quieras incluir dentro de un sistema de entrenamiento, pudiendo escoger unas u otras en función de para quién sea y por lo tanto del objetivo que persiga.

Pero más allá…Aunque es muy guay hablar de un sistema de entrenamiento, no hemos dejado, primero y hasta el momento en este post y creo que, en demasiados lugares y excesivos profesionales, de vincular la utilidad de un sistema de entrenamiento única y exclusivamente a la mejora de la calidad, de la fuerza, de la resistencia y de la agilidad del movimiento.

 

Sin embargo, en los anteriores posts de “El core de todo”, te hablé sobre las necesidades humanas, y no sólo mencionando las relacionadas con el ámbito psicomotriz, sino con otras necesidades que ocupan ámbitos distintos, pero que entre ellas funcionan absolutamente conectadas, creando una verdadera sinergia…más bien, una simbiosis: unas no pueden vivir sin la existencia de los otras; la mejora de las habilidades que cubren las necesidades de uno de estos ámbitos afecta positivamente y hace mejorar exponencialmente el resto.

Pero eso también ocurre cuando no existe una mejora sino un empeoramiento: cuando no se cubren las necesidades del individuo en uno de ellos. Entonces, de alguna manera todos se ven afectados negativamente.

Por recordar: estamos hablando de las necesidades específicas como seres humanos (que se agrupan en el ámbito psicomotriz, en el cognitivo y en el socio-afectivo).

Así que debemos emplear un sistema de entrenamiento que tenga en cuenta todas estas necesidades específicas humanas. Y que por lo tanto utilice herramientas que sean pertenecientes no sólo al entrenamiento del movimiento, sino al entrenamiento de aspectos cognitivos y socio-afectivos. Dándole más o menos importancia a unas u otras, utilizándolas con determinado volumen, intensidad, frecuencia, etc, en función de para quién y cuando se necesiten… pero siempre que exista la posibilidad de emplearlas.

O, fíjate, por lo menos que tengas en cuenta que, aunque no entiendas, comprendas y por lo tanto no sepas aplicar ni entrenar, sí que conozcas su existencia, y la utilidad de su empleo (en casi todas las ocasiones, no sólo son tremendamente útiles, sino que, en la inmensa mayoría de los casos, para todos los individuos son necesarias).

Venga…vamos a aterrizar todo esto en algunos ejemplos sencillos y aplicables a tu día a día.

Si te gusta entrenar, estoy seguro que este primer ejemplo te ha ocurrido en más de una ocasión.

Habías o te habían preparado una sesión de entrenamiento. Bajo un objetivo concreto. Con un montón de herramientas para entrenar (tareas-ejercicios, con diferentes intensidades y volúmenes, con diferentes materiales, etc). Y resulta que la noche anterior no has podido descansar bien porque estabas dándole vueltas a un problema que ayer tuviste y ha terminado afectando a tu descanso. Por lo que la energía que tenías prevista emplear para entrenar con todas esas herramientas y lograr los objetivos programados, no la tienes. Así que no puedes entrenar ni la mitad de todo lo previsto. Los objetivos de la sesión no se cumplen. Y todo porque has tenido un problema que te ha afectado sentimentalmente, y has gastado excesiva energía en eso y no has repuesto la necesaria. Y como tu sistema de entrenamiento sólo tiene en cuenta herramientas para volverte más fuerte, más resistente y más ágil  (hablando sólo de entrenamiento de movimiento), otro de los ámbitos que ocupan parte de las necesidades humanas ha hecho quebrar todo. El resultado: individuo con sentimiento de fracaso.

 

Otro ejemplo: un niño/a que comienza a entrenar y a jugar en un equipo de fútbol, a una temprana edad.

Su entrenador sólo tiene previsto entrenar (lo que él entiende como entrenar): aspectos relacionados con habilidades específicas de movimiento para este deporte: pases, golpeos, cintas, remates, conducciones, etc.

Y no tiene previsto, ni entiende ni comprende, aplicar y entrenar habilidades que tengan que ver con la relación con el resto de integrantes del equipo. O con habilidades cognitivas relacionadas con cómo se ubica el niño/a en el terreno de juego (cuando debe desplazarse y cuando no. Dónde debe situarse, etc).

El resultado: un niño/a que no aprovecha todo el crecimiento humano que una actividad deportiva como esta puede suponerle, en el mejor de los casos.

 

Descentraliza tu sistema de entrenamiento.

Por favor, DESCENTRALIZA un sistema de entrenamiento, centrado durante mucho tiempo en sólo entrenar un único ámbito que cubre sólo un tipo de necesidades humanas. Y crea o aplica herramientas de un sistema, no centrado en un único ámbito, sino con infinidad de herramientas que cubran todos ellos. Empleadas en función de para qué individuo sea, en qué momento y en qué entorno se encuentre.

Sin embargo, aunque suponga comenzar a adentrarme en una “selva” muy espesa, ya que estoy hablando de descentralizar, debo profundizar sobre lo que supone realmente este término en el ámbito del movimiento y su entrenamiento, y cómo, durante demasiados años, se ha encajonado los contenidos del entrenamiento del movimiento en los seres humanos, sea cuál fuese su objetivo de manera específica.

Y lo hago escribiendo las bases sobre lo que, en los siguientes artículos, profundizaré mucho más.

 

Nuestros sistemas actúan de forma compleja y no lineal…respondiendo al ENTORNO.

Nuestros sistemas no están dominados por un gobernador central, que todo lo puede y todo lo hace, sino que actúan también respondiendo a la realidad de forma autónoma, y teniendo consecuencias de forma analítica, pero también de forma global para con el resto de sistemas.

Porque actúan de acuerdo a otro elemento más, que interfiere constantemente en su funcionamiento: el entorno en que se encuentra el ser humano.

El entorno no sólo interfiere en la dirección del resultado de la actuación de los sistemas que nos componen como seres humanos, sino que, tal y como mencioné en anteriores artículos, nuestros sistemas han evolucionado a lo largo de millones de años para poder adaptarse de una forma más eficiente a los entornos cambiantes que, no sólo se plantean de forma externa al propio ser humano (cuando pensamos en entornos, lo más fácil es pensar en: una montaña y su clima, su terreno, su altura; el mar y todo lo que le rodea; una pista de atletismo o una cancha de baloncesto…todos son entornos externos distintos, con diferentes condiciones, a las que un ser humano debe adaptarse si quiere exponerse a ellos), sino que también, los propios sistemas internos que componen a los seres humanos, deben adaptarse a los entornos “internos” cambiantes que planteen los otros sistemas con los que conviven y se relacionan.

Te pongo un ejemplo para que consigas descifrar mis palabras: cuando nos sometemos a una situación estresante, ya sea porque estamos en una montaña y no hemos tenido mucha experiencia en este entorno; o porque una persona me ha causado un problema, el cuál me ha alterado mucho y me ha terminado estresando, mi sistema endocrino reacciona ante esta situación estresante liberando ciertas sustancias bioquímicas. Las cuales hacen que el resto de los sistemas actúen de una determinada manera.

Te pongo otro ejemplo relacionado con el entrenamiento: cuando me pongo a mover ciertas cargas externas (kg contenidos en unas mancuernas, kettelbells, barra con discos, o el material que sea), entre otros, mi sistema muscular responde estresándose, y hay muchos otros sistemas que tienen efectos secundarios con respecto a la respuesta del sistema muscular: por ejemplo, el sistema endocrino comienza a generar mayores niveles de cortisol (sustancia bioquímica perteneciente a la familia de las hormonas, por la función principal que ocupa en el ser humano), para poder obtener energía de forma rápida. Energía que demanda, entre otros, el sistema muscular para seguir “trabajando” de forma eficiente moviendo los kg.

Entorno interno
Entorno externo

Espero haberme explicado lo suficiente como para que, al escribir lo siguiente, me entiendas a la perfección…

RESUMIENDO: los sistemas que componen a los seres humanos no están centrados y gobernados por un único sistema. Por lo que todos los sistemas deben adaptarse constantemente al entorno cambiante que supone la reacción de uno, o de muchos de ellos.

Reacción que puede depender de cómo afecta los entornos externos a los que constantemente se someten los seres humanos (relaciones afectivas-sociales con otros seres humanos u otros animales; relaciones de movimiento para con el tipo de terreno u obstáculo con el que nos encontremos, u otro tipo de necesidades; necesidades de conocer y saber a cerca de algo o alguien; etc)

Así que, el sistema de entrenamiento en el que debe basarse el entrenamiento de tu movimiento, para mejorarlo en todos los aspectos, debe ser un SISTEMA DE ENTRENAMIENTO DESCENTRALIZADO.

Seguiré profundizando, en siguientes artículos, en los muchos rincones y detalles de gran importancia que tiene este tema de la DESCENTRALIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO Y DEL MOVIMIENTO HUMANO.

Te espero en el siguiente artículo.

Gracias por tu interés.

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