EL CORE DE TODO: LAS NECESIDADES HUMANAS.

sistema
Autor: Iñaki Landaluce López
Performance Fitness Coach / Especialista en Rendimiento a través del Movimiento

Empecemos con este segundo artículo.

El objetivo es aportar nuevas piezas del puzzle “El core de todo”.

Pero antes, si no has tenido la oportunidad de leer el primer artículo     “El core de todo: movimiento, salud y rendimiento”, te invito a que lo hagas, para que así puedas entender con mayor claridad y le saques el máximo provecho a todo lo que quiero exponerte en este segundo artículo.

Te dejo aquí el link 

Ahora sí, comencemos…

Tenemos claro (después de que Darwin lo dejase clarinete en su libro: “El origen de las especies”) que los seres humanos somos una especie animal, como lo son los reptiles.

Como animales que somos, tenemos unas necesidades primarias. Pero, además, como especie (como seres humanos) tenemos añadidas otras, a las que aquí llamaremos necesidades específicas.

Podrían existir, seguramente, un millón de posibilidades para nombrar agrupaciones o tipos de necesidades específicas de los seres humanos, pero recogiendo las más comunes y, sobre todo, las que a mí me “cuadran” y encajan más, existirían:

  • NECESIDADES PSICOMOTRICES: la necesidad de movernos y relacionarnos con el entorno.
  • NECESIDADES COGNITIVAS: somos seres inteligentes, es decir, nuestro sistema nervioso está bastante desarrollado comparado con el resto de animales (en un principio). Por lo que podemos y tenemos la necesidad (unos más que otros) de CONOCER y SABER todo nuestro entorno, todo sobre nosotros mismos, todo sobre otros iguales y no tan iguales.
  • NECESIDADES SOCIO-AFECTIVAS: pero también somos seres que convivimos en sociedad, por lo que esto nos otorga (insistimos, a unos más y a otros menos) la característica de sociables (convivimos con otros iguales). Y tal y como comentaba, tenemos un sistema nervioso desarrollado: podemos sentir. Así que tenemos necesidades sociales y afectivas.

Y es aquí donde cobra de nuevo una gran importancia la palabra ENTRENAMIENTO.

Sí, el entrenamiento se relaciona directamente con el movimiento. Pero es que el movimiento está impepinablemente relacionado (vive en absoluta simbiosis) con la necesidad de conocer, de relacionarse y de sentir.

Por lo que tu entrenamiento no sólo debería tener en cuenta tus necesidades psicomotrices (qué bien te mueves, cuánto te mueves, qué fuertes y resistentes son esos movimientos, etc), sino además como se ubican dichos movimientos con el entorno cambiante al que nos sometemos cada día de nuestras vidas. 

El entrenamiento de las HABILIDADES HUMANAS para cubrir las necesidades específicas como especie animal y las necesidades primarias.

En este punto, pretendo cubrir dos bifurcaciones del gran camino: una, para contaros qué lugar ocupamos en el gran sistema al que pertenecemos, para poder así tener una visión más amplia y efectiva del entrenamiento. Y otra, concretamente sobre nosotros, los individuos, y la teoría del software y del hardware.

Comencemos por la primera: el GRAN SISTEMA AL QUE PERTENECEMOS.

Existe una teoría también aplicada al estudio del ser humano en movimiento: la TEORÍA DE LOS SISTEMAS DINÁMICOS. 

Dicha teoría nos explica, entre otras cosas, que los seres humanos (los individuos) somos un conjunto de elementos que forman un sistema; y dicho sistema se autoorganiza para moverse en función de su entorno. Es decir, está en continuo cambio para adaptarse.

Además, los individuos somos un elemento más, formando parte de un sistema mayor.

Por cierto: aclaro la definición de sistema: es un conjunto ordenado de principios que regulan una serie de elementos o grupo de elementos.

Los INDIVIDUOS somos un elemento del gran sistema del que formamos parte. Entendiendo como nuestro sistema, al GRAN SISTEMA.

Otro elemento es el ENTORNO. Donde nos desarrollamos como seres humanos. Pero este entorno, podemos entender sin mucho esfuerzo, es constantemente cambiante. Ya sea por la situación geográfica en la que se ubica, o por la climatología, o por los elementos físicos que existan en el entorno, por la compañía que tengas, por cómo te hablen, por cómo te expliquen el conocimiento las personas de tu entorno, etc. Por mil cosas.

Es por esa razón por la que, a pesar de que todos somos seres humanos, somos tan diferentes unos de otros. No sólo pensando en un lenguaje, o en una opinión concreta sobre temas humanos o no humanos, sino fisiológicamente hablando.

Nuestro entorno influye mucho…muchísimo, para desarrollarnos como seres humanos. ¿Cuánto? Y eh ahí una grandísima pregunta que, por ahora, no tiene una respuesta científicamente aceptada. ¿Cuánta importancia ocupa la genética de una persona (el código que ya tiene grabado a fuego en todos sus sistemas para ser, y no ser de otra manera) y cuánto es de importante su entorno para que sea esa persona? Genética y epigenética. 

¿Por qué dos personas que conviven juntos durante años pero no provienen de la misma madre o padre, no sólo se adaptan a una manera de hablar y expresarse muy parecida, de pensar, unos hábitos, sino que además terminan compartiendo rasgos fisiológicamente visibles? ¿Cuánto nos afecta el entorno a los seres humanos?

No lo sabemos al 100%, está claro…pero lo que SÍ sabemos es que el entorno es otro elemento clave dentro de nuestro gran sistema, y que es fundamental para cubrir nuestras necesidades específicas como seres humanos y nuestras necesidades primarias como animales.

Por lo que tener en cuenta el entorno como otro elemento clave para entrenar es fundamental para lograr el rendimiento completo de un ser humano, cubriendo, de una forma más completa, las necesidades humanas.

Concretamente sobre una (la que ocupa el MOVIMIENTO) habla la teoría de los Sistemas Dinámicos. Cómo existen diferentes sistemas (principios mediante los cuales sus elementos se relacionan) donde el único elemento común es el individuo (pero por supuesto habría que saber qué individuo… pero eso es la otra bifurcación del camino de la que luego te hablaré) y el elemento cambiante es el entorno.

“Yo quiero ser una persona fuerte, rápida y ágil”. Cogemos la palabra ágil y analizamos su real significado específico con respecto al movimiento: individuo capaz de cambiar de dirección en un entorno cambiante.

Para ser un individuo ágil, debemos tener en cuenta el entorno como una variable más del entrenamiento.

Entrenar MOVIMIENTOS para que sean más eficientes (minimizar el riesgo de dañar los sistemas que nos construyen, y minimizar el gasto energético empleado para vivir): primero para que sean mejores, después para que sean más fuertes y resistentes, y por último para que sean más fuertes y resistentes para un determinado entorno…o para muchos.

El HARDWARE y el SOFTWARE de los seres humanos.

Vamos con la otra bifurcación del gran camino…el otro elemento de nuestro gran sistema: nosotros, LOS INDIVIDUOS.

Ya hemos comentado que utilizamos el MOVIMIENTO como estrategia para la supervivencia, es decir, para cubrir todas nuestras necesidades.

Nuestro cuerpo, para poder moverse, ha desarrollado y ha ido retocando, a lo largo de miles de años, sistemas complejos que lo construyen.

La analogía de un ordenador nos resulta muy útil para explicar qué lugar ocupan nuestros sistemas y qué grandes funciones tienen (desde un punto de vista macro).

Un ordenador tiene dos grandes partes: el HARDWARE y el SOFTWARE.

Al Hardware se le conoce como el conjunto de elementos físicos que componen el ordenador. El teclado y cada una de sus subpiezas y elementos; la pantalla, el disco duro, etc.

Y el Software es la parte del ordenador que coordina todos sus elementos físicos para poder funcionar correctamente.

Nosotros, los seres humanos, estamos formados por ambas partes, igual que un ordenador.

Nuestro Hardware es el conjunto de sistemas que componen nuestro cuerpo: el sistema muscular, el sistema óseo, el sistema digestivo, el circulatorio, etc.

Y el Software es el sistema nervioso, que coordina y se conecta con el resto de sistemas para que todos ellos puedan funcionar y rendir al máximo. Y hablando concretamente sobre MOVIMIENTO, es el responsable de coordinar a los sistemas implicados para poder crear un movimiento, sea más o menos complejo…ocurra en situaciones cotidianas del día a día…en una especialidad deportiva (corriendo en un campo de fútbol o bajando esquiando una montaña, etc)

En resumen, entrenar MOVIMIENTO posibilita trabajar estas dos partes, minimizando el riesgo de que las piezas se desgasten o incluso se puedan llegar a romper cuando son sometidas a situaciones no previstas que ocurren cada día, en cada momento (por culpa de nuestros entornos cambiantes) y a la que los sistemas deben adaptarse rápidamente. El entrenamiento se encargará de fortalecer y volver más resistente cada pieza, pero además creará conexiones entre todas ellas, para que puedan entender y comprender de una forma más eficiente los movimientos: ya sean básicos o con un grado mayor de especificidad (gestos deportivos, por ejemplo).

Te espero en el siguiente artículo.

Gracias por tu interés.

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